martes, 16 de junio de 2009

Numero 1 Editorial

Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales. - Víctor Hugo

No podemos considerarnos dueños de nuestros actos hasta que realmente hayamos visto las consecuencias de los mismos, y estemos a gusto con ello. Muchas veces pensamos que nuestra propia ideología no es suficiente para lograr modelar al mundo como lo idealizamos, sin embargo, muy aparte del estancamiento en el que muchas veces solemos caer, existen otras realidades, que gritan y exigen una mano que la asuma como su propia responsabilidad y así dejar de ser marginada. Dentro de las corrientes contra y subculturales se encuentran manifestaciones que residen alrededor del hombre, de sus libertades, de sus preferencias sexuales, de la música (en su mayoría), etc. Por suerte, hay otras que lejos de evidenciar el antropocentrismo que nos caracteriza, quieren adaptar como principios condiciones que no solo benefician su forma de vivir sino la de los demás seres. Es por esto, como ya muchos lo hicieron, hoy tenemos que levantarnos, darnos cuenta y tratar de que todas aquellas costumbres que ya por ser socialmente aceptadas, reconocidas y encontrarse en lugar privilegiado en la moral de convivencia dejen de ser vistas como el eje de la verdad. Mostrar, como jóvenes que somos, que debajo del gran manto de la ˝aceptada civilización˝ hay muchas barbaridades que deben ser develadas. Como seres dichosamente racionales, somos los encargados de actuar a favor de aquellos que no tienen la capacidad; y que no por esto tengan que estar relegados a nuestro servicio, ni ser considerarlos menos que nosotros. Muy al contrario, por ellos debemos trabajar, defender, y dignificar, están en nuestro planeta para darnos una lección sobre la diversidad en la existencia y entender que solo así podremos llamarnos seremos humanos consientes y anuentes a alcanzar una mejor calidad de vida para todos. Es con el respeto que tenemos hacia los demás seres vivos, como celebramos la vida.

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